CLICK HERE FOR BLOGGER TEMPLATES AND MYSPACE LAYOUTS »

lunes, 28 de septiembre de 2009

.el regreso de la muerta viva

No me acuerdo qué día de la semana pasada me desperté sintiéndome horrible, no emocional sino físicamente. Cuando fui al baño, la luz de la ventana me apuñalaba el cerebro así que fui al de abajo, tratando de no accidentarme en la escalera (realmente me sentía tan mal que no podía), que no tiene ventana y me quedé sentada en el piso, con la luz apagada y la cabeza arriba de la tapa del inodoro, agonizando. Una imagen preciosa. Al poco rato baja mi madre y, así como estaba yo de enferma, tuve que soportarla gritándome (la justicia no existe) porque, cuando me paré del piso para trasladar o más bien arrastrar mi existencia los diez metros que separan el baño del sillón del living, se me revolvió el estómago de la forma más increíblemente intensa (no entiendo la razón porque no había comido en todo el día anterior) y terminé hecha una bolita humana temblorosa en el sillón, nuevamente agonizando pero esta vez peor. Y mi vieja diciéndome que eso me pasa por alimentarme para el carajo (??) (o sea, imposible que me despierte con ganas de vomitar por esa razón si no comí nada, así que no me jodan) y un consecuente sermón acerca de la nutrición y lo importante que es la comida. Por dios, haceme el favor de callarte. O sea, ¡mujer!, estoy enferma, me siento desesperadamente mal y en vez de ayudarme me gritás desaforadamente. Le dije eso y otras cosas pero no paró, seguía y seguía y siguió por quince minutos hasta que me puse casi a llorar de lo mal que me sentía y me transformé en un trapo de piso, más pálida de lo normal y con los labios transparentes, y me retorcí en arcadas convulsivas. Qué lindo. Vomité jugo de manzana, lo único que tenía en la panza. Al final me terminó diciendo que eso a ella le pasó muchas veces y que todos los médicos le dijeron que es nervioso y no gástrico. Bueno, pero la puta madre que te parió, entonces ¿para qué mierda todo ese sermón sobre la comida totalmente al pedo que me tuve que bancar, encima sintiéndome mal? ¡Dios! Decí que te adoro, mamá, si no es para matarte (y hay un historial de razones).

Posteriormente estaba tan débil que cada vez que me levantaba del sillón me mareaba y me daban nuevas arcadas dolorosas, así que pasé cinco horas entre durmiendo y agonizando en el sillón. En un momento me despierta para que almuerce y yo le pregunté, amable y débilmente, si se había drogado, porque era evidente que no podía comer en ese estado ni en pedo. Envuelta en un acolchado que me había traido cuando decidió dejar de gritarme para ocuparse de mí como una madre, caminé unos pasos a la mesa para darle el gusto de comer un cubito de zanahoria de un centímetro pero el olor del huevo hervido casi me revienta las entrañas y me sentí peor. Volví a mi refugio de moribunda en el living y ahí quedé depositada hasta equis momento en que me desperté y, si bien estaba débil, me sentía mejor y traté de continuar con mi vida. Igual no pude.

Me había enfermado, o eso deduzco yo, porque obviamente al médico no fui. Tuve un poco de fiebre después de ese episodio y me mareaba constantemente. De todos modos hice lo mejor posible las cosas de la carrera, aunque odié no poder hacer más ejercicio esos días.

Ahora estoy perfectamente recuperada, resucitada. Me duelen las pantorrillas, me duele la cabeza, me hace ruido el estómago cuando troto de lo vacío que está y también me duele, pero a pesar de eso --o más bien por eso-- me siento tan bien... Hoy me levanté ridículamente temprano (a la una y media de la mañana) y a las seis hice mi nueva rutina diaria matutina, incorporada hace pocos días, de elongación y yoga durante media o una hora, y después algo de gimnasia. Es una forma hermosa de empezar la mañana mirando el amanecer. Además hacen dos grados de temperatura y soy feliz por eso. Todavía me quedan muchas horas del día para hacer más ejercicio, yay :D Sí, sigo hiperkinética como en la entrada anterior aunque un poco menos.

Al margen: una gente que quiero y que hace mucho que no veo (no me relaciono mucho con la gente, incluso con la que me agrada) me invitó a una reunión el domingo que viene. Por joder le pusieron nombre e hicieron página del evento en Facebook. ¿Cómo se llama? Fiesta de magdalenas. La puta madre, ¿cómo me van a invitar a una fiesta de comida, me están cargando? O sea, el centro, el núcleo, el motivo de la juntada es... ¿comer magdalenas? Ojo, me parece copado y tierno, se junta en los bosques de Palermo un grupo de gente que quiero a tomar té con magdalenas (muffins, digamos) y charlar toda la tarde al solcito de septiembre. Pero... no, comida no. Voy a tener que o rechazar la invitación, aunque no quiera, por la comida, o ir y estar rodeada de muffins (que, quieran o no, son deliciosos) y no comer ninguno con lo cual: 1) quedo mala onda y sin una buena razón para no estar comiendo y, aunque eso no me importa, lleva a que 2) me tenga que bancar que me insista todo el mundo y 3) tolerar la tentación constante. Odio esos compromisos que giran alrededor de la comida. Además estoy en una carrera y, si bien ese día la carrera indica un máximo de 500 (sólo ese día), no pienso ni en pedo comerme una magdalena, o sea, no. No sé qué voy a hacer. Me refiero a ir o no ir, porque comer o no comer no es una duda en absoluto.

-

martes, 22 de septiembre de 2009

.oasis mental

Llevo récord de una semana de estar de buen humor --sepan que en mi mundo eso es un logro inimaginable. No, no significa que esté bien conmigo misma pero sí me siento bien por estar haciendo algo al respecto --he ahí el punto. Tuve un comienzo relativamente aceptable en la carrera, aunque no me satisface (ok, nunca nada me satisface, partamos de esa base) pero voy a hacerlo mejor hoy, y así cada día. La realidad es que, si bien ganar la carrera sería una alegría y un orgullo, ganarla no es mi objetivo principal; mi objetivo es simplemente bajar de peso. No pretendo bajar demasiado en 20 días (aunque ¡cómo me gustaría!) pero algo bajaré y eso ya es suficiente como para alegrarse. Aunque sea de a poco, una va avanzando y si me hago expectativas demasiado inalcanzables me voy a deprimir y frustrar. Así que no busco los laureles de la carrera, sino mi satisfacción personal y compartir con otras chicas. Y, como antes de la internación, sé que me voy a volver adicta a las carreras (partamos también de la base que me hago adicta a todo lo que me gusta --nunca un intermedio, siempre los extremos, qué raro) porque son un método y un incentivo increíble; así que cuando termine esta me voy a anotar en otra, y cuando termine esa otra me anotaré en una nueva y así sucesivamente.

Estoy totalmente energizada, no sé qué me pasa. Hoy, antes de irse a trabajar, tomé café con mi madre (que, dicho sea de paso, hace 10 días que no me rompe la bolas y la parte mía que la quiere está saliendo más a menudo a la superficie --pero no se acostumbren) y charlamos (más bien, yo hablé incesantemente) y en un momento me interrumpió para decirme: por dios, estás hiperkinética, pará un poco. Efectivamente. Estoy como efervescente, inquieta, aceleradísima; no paro de hacer una cosa o la otra, no termino una porque empiezo otra y ya estoy pensando en una tercera para hacer, hablo más rápido de lo normal (y eso que ya de por sí soy de hablar rápido), saco treinta temas en cinco minutos y no termino ninguno porque lo interrumpo con el siguiente, no paro de decir lo primero que se me cruza por la cabeza (y Karen lo tiene que padecer, pobre mujer) y así. No sé qué carajo me pasa. Asumo que ha de ser la energía emocional, la alegría, que me produce comer 200 calorías por día como máximo y bailar (porque volví a bailar).

Además estoy feliz porque resistí y superé MIL tentaciones, a saber:
- pizza que hizo mi madre bien adelante de mi cara y que olía y se veía gloriosamente deliciosa y ni la toqué;
- torta, ¡que tuve que hacer yo encima!, por el cumpleaños de mi abuela; me la banqué mientras la hacía, mientras emanaba un aromita endemoniadamente rico del horno, y mientras la engutían todos adelante de mi cara y solamente comí una cucharada porque mi vieja me miraba con su cara de "comé o te interno";
- lemon pie y masitas secas que comieron mi mamá y Belén adelante mío en un bar el domingo;
- papas y batatas al horno que mi estómago vacío de dos días acariciaba con la nariz, y no comí ni una;
- galletitas de las más ricas que yo amo que compró mi vieja y que desayunaron y merendaron con mi hermano.
- incontables tentaciones más, ante las que fui orgullosamente firme a pesar de mi hambre, mis ganas, mi apetito, mi tentación y las insistencias de terceros.

Igual sea lo que sea que tenga, estoy de buen humor todo el tiempo, más contenta, así que no me importa y pienso seguir así; sonrío sola cuando el estómago me hace ruido, sonrío sola cuando me despierto a la madrugada por el hambre y sonrío sola cuando me agoto de bailar pero sin embargo sigo y sigo y sigo. Me falta mucho y estoy horrible, va a tomar muchos meses, pero voy por buen camino, lo sé.

-

viernes, 18 de septiembre de 2009

.llamado a la solidaridad

Me urge anotarme en una carrera de kilos. Estuve buscando como una maniática desenfrenada --y voy a seguir-- pero hasta ahora no encontré nada, por lo cual posteo hoy para pedirles que me hagan el enorme favor de pasarme el dato de alguna carrera que sepan que esté por comenzar. De verdad tengo unas entusiasmadísimas ganas de hacerlo y necesito ese incentivo.

Les agradeceré infinitamente a las que tengan la amabilidad de dejarme el dato.


miércoles, 16 de septiembre de 2009

.relativamente aceptable (pero no me satisface)

510 calorías hoy. (*) Podría haber consumido menos pero mi madre esperaba que comiera y tuve que hacerlo, ya se estaba volviendo muy sospechoso. De todos modos tengo hambre ahora y eso sinceramente me reconforta y me calienta el alma. No hay nada más difícil pero más hermoso que irse a dormir con el estómago rugiendo.

Ayer, alrededor de 400 calorías --mi madre de nuevo. Odio ensuciar el intake del día con sólidos por su culpa.

Me siento horrible y obesa, odio ese maldito 48 en la balanza de mierda, pero por ahora me alegra al menos levemente tener hambre todo el día pero nada de apetito, pasar el día feliz por no estar comiendo (aunque estoy comiendo más de lo que me gustaría) y tragando thinspo todo el día como si fuera mi alimento (¡y lo es!). Mañana planeo comer 1 zanahoria al mediodía y medio yogurt a eso de las 8pm y dormir temprano.

(*) corrección: ¡hice mal la cuenta! :D hoy consumí 370 calorías, no 510 n.n








































































martes, 15 de septiembre de 2009

.vaivenes

Ayer consumí 350 calorías en todo el día, y eso que estuve despierta toda la noche también. Hoy todavía no comí nada y planeo comer solamente medio yogurt; la otra mitad mañana. Compré gelatina por si las guerras con mi madre me dejan alterada y no puedo controlar la ansiedad. Odio necesitar placebos en esos momentos pero hasta que me vaya de acá sinceramente no tengo otro remedio. Y mientras tanto: té verde, té rojo, té de vainilla, té de canela, té de frutos del bosque, té de frutilla, té de manzana... tengo miles de tés para entretenerme largo y tendido.

Sigo profundamente deprimida por todo lo que siento que me sobra. El domingo salí con Karen y estuvimos hablando, cada vez me deprimía más. Terminé llorando en el colectivo mientras volvía a la casa de mi madre. Lloré cuando llegué a mi casa, lloré más tarde. Es tan horrible tener un cuerpo que odiás y que lograr el que querés (y sabés que podés tener) demore tanto tiempo. Es tan desesperante. Me está matando.

Tengo un poco más de ánimos igual -pocos pero existentes- porque estoy haciendo las cosas bien de nuevo. Sigo deprimida profundamente por ese par de días que la ansiedad me pudo y superé las 700 calorías diarias (me avergüenza decirlo) y por todos los kilos que necesito sacarme con urgencia pero al menos me subieron un poquito más los ánimos como para tener energías para hacer esto. Pero en realidad no puedo más. No puedo tolerar más este cuerpo. No quiero salir a la calle, me quiero quedar encerrada en mi cuarto, con ropa de entrecasa para no sentirme tan obesa, no-comiendo hasta que consiga lo que quiero. Cada vez que tengo que salir por X motivo me siento tan avergonzada, siento que estos 48 kilos en mi casi metro sesenta de altura pesan 500 en realidad, siento que la ropa me queda amorfamente ridícula, siento que no puedo caminar, siento que no soy yo y me da vergüenza y me duele. Me duele mucho.

-